lunes, 28 de marzo de 2022

Malaventura. Fernando Navarro

 


     "Lo que me despertó por la noche no fueron sus gritos. Era raro que Dieguico el Morato levantara la voz. De hecho, algunos no recuerdan cómo era. Grave como si hablara dentro de una campana. Aguda como un aullido. Nada. Imposible. Yo sé muchas cosas de él. Sé que tenía la voz cascada, como de viejo, aunque era un hombre joven. Sé que era una voz que daba miedo. Sé que usaba palabras raras y rebuscadas, palabras antiguas. Y que como nadie había cogido un libro en este pueblo, no podían entenderlas. 
     No hacía falta que escuchasen su voz".

     Reconozco que soy fácil. A mi me hablas de western, de Cormac McCarthy y de Lorca y, como mínimo, pruebo. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Malaventura.

     Conocemos una versión de Andalucía profunda, del siglo pasado, marcada por la austeridad y por todo lo que les falta a los personajes. Y lo hacemos desde catorce instantáneas que es lo que Navarro nos regala en forma de relato. En ellos conoceremos a un hombre que se cae de una muerte segura gracias a un cuervo que pica la soga, hay un colegio que arde dejando al pueblo solo con 7 niños, una pitonisa, un asesino asesinado, un cura con la iglesia vacía y muchos, muchos personajes singulares.

     Sucede últimamente que si alguien escribe un libro de forma singular, se considera automáticamente un éxito, se le encumbra, y parece que nadie se lo cuestiona. Y aquí se salta de ico en ico entre zagales, motes de pueblo, expresiones puramente llanas y vocabulario que da cuenta más que una descripción, del ambiente en el que nos estamos moviendo. Un ambiente empobrecido, bruto, rural hasta "El camino" del que he visto bastante más, dicho sea de paso, que de Lorca, por no hablar de McCarthy al que no he encontrado; aunque sí he vislumbrado a Ray Pollock en una esquina moviendo la cabeza. O al menos así me lo ha parecido, aunque he echado de menos un nexo coral que convirtiera el relato en una fuente completa, que me hiciera querer desplazarme al lugar en el que se conjugaban los astros para que existieran todos sus personajes. 
     Sé, por supuesto, que mi opinión hoy no es popular. Que no he sabido ver un montón de cosas que a buen seguro tienen que ver con el lenguaje, la ambientación, el homenaje a algo a aquellas tierras, aquellas gentes, a las historias de bandoleros del primer cuento... pero esta es mi casa y la mía es una simple opinión de lector. Y he visto al burro, al niño que olía a hierbas y que murió sin apellido dejando como herencia una maldición supuesta que importaba más al pueblo que el darse cuenta tras su muerte de que ni siquiera sabían si tenía familia. He visto todo eso... y no me ha convencido. A veces pasa.
Así que esperaré que pase un tiempo y quizás lo relea. Y quizás entonces aprecie la falta de cursivas.

     Malaventura es una composición de historias que no ha terminado de convencerme.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
 
     Gracias.

2 comentarios:

Margari dijo... [Responder]

No lo conocía y por lo que cuentas,no me llama mucho, así que prefiero dejarla pasar.
Besotes!!!

buscandomiequilibrio dijo... [Responder]

Y a ti te hablan de cañas, tacones y risas y ni te digo. Yo también soy facilona en este ámbito, todo sea dicho.

Cogí donde Fernan una especie de avance de esta obra y ahí l tengo, no he tocado aún, me da pereza.

Beso.