lunes, 7 de octubre de 2024

El último crimen de la escritora Emilia Ward. Claire Douglas


 

     "Emilia está en el autobús que la devolverá a casa, mirando el cielo encapotado por la ventana y pensando que ha comido demasiado, cuando ocurre. 
     Un borrón de luces destelleantes y las sirenas atronadoras del coche de policía que pasa zumbando a su lado, seguido de otros dos en rápida sucesión. 
     No le da demasiadas vueltas. Habrá sido otro accidente".

  Tengo que reconocer que cuando vi el argumento de la historia no me pareció particularmente original. Sin embargo sí que pensé que es de estas que te hacen pasar un rato sin pensar en nada. Hoy traigo a mi estantería virtual, El último crimen de la escritora Emilia Ward.

     Conocemos a Emilia, conocida escritora de la serie de novelas protagonizadas por Miranda Moody. Por lo demás es una mujer de mediana edad que vive con su perfecta familia en un barrio de la periferia de Londres que ha escrito su décima novela de la serie y la tiene lista para ser publicada tras el confinamiento por COVID. Y entonces una notica le sorprende: han matado a una persona de una forma aparentemente igual a la víctima principal de la primera novela que escribió. Un tanto descolocada por la coincidencia, no se recupera cuando aparece un segundo cuerpo y también parece sacado de uno de sus libros. Y siguen. Hasta que aparece un cadáver exactamente igual que el de la novela que aún no ha publicado. Solo unas pocas personas tienen acceso a una novela sin publicar. ¿Quién ha podido ser?

     Como decía, no es un argumento particularmente original. Además hay que reconocer que el entorno de la protagonista es como... muy perfecto, con un primer marido que es el perfecto ex, un nuevo suegro al que todos adoran, amigas que dejan todo por la protagonista y, para que el lector se entretenga, personajes basados en personas reales dentro de la metaficción de la trama. Y aún así, me lo he pasado bien leyéndolo. Precisamente tiene la novela un punto de inflexión en el que pasas de leer una historia a leer otra que hace que gane fuerza mezclando realidades ficticias de forma que dan un impulso extra a la novela al desmarcarla de otras del mercado, solo que no os voy a explicar más. Simplemente decir que, cuando una novela negra tiene un punto original, para mi ya es algo a valorar positivamente. Hay tanta oferta en este sentido, tanto cozy con investigadores, mujeres rencorosas, amigas envidiosas, policías marcados por una vida difícil o investigadores excéntricos, que empieza a ser casi imposible que alguien te sorprenda o que, al menos, se desmarque con un giro diferente.

     La novela me ha parecido entretenida, sobre todo una vez que comienza la segunda parte y el juego que antes comentaba toma posesión de la historia. El lector no tarda en temer que la última muerte sea la de la protagonista y eso hace que la lectura se vuelva rápida, casi más de telefilme que de novela, pero en eso consiste muchas veces el entretenimiento. Escrita de forma muy visual y con acciones rápidas, Douglas no pretende pasar a la historia de la literatura, solo busca ser un fenómeno boca a boca que la lleve a superar la oferta actual del mercado. Solo. Como si eso fuera fácil hoy en día.

     El último crimen de la escritora Emily Ward es una novela entretenida marcada por personajes femeninos tanto como por el mundo de la creación literaria. Y por las muertes, por supuesto.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

    PD. ¿No os pasa que vivimos en un mundo que nos mete tanto vocabulario anglosajón que se os hace raro que en Londres viva Emilia y no Emily? Porque yo me he llevado una lucha mental hasta que me acostumbré que me ha hecho reflexionar un poco sobre el tema.