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lunes, 31 de mayo de 2021

Un matrimonio americano. Tayari Jones

 


     Premios sí o no, o lo que viene a ser la polémica de siempre. Decimos que no pero nos los vamos leyendo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Un matrimonio americano.

     Conocemos a Roy y a Celestial, el matrimonio perfecto de personas destinadas a triunfar. En este caso un matrimonio de color de la época en la que eso ya no era un estigma pese a que ambos son criados por las conciencias de quienes lucharon por los derechos que ahora disfrutan. Pero ellos, como decía, están destinados a triunfar. Al menos hasta que apenas año y medio después de su boda Roy es acusado de violación y condenado a 12 años de prisión. Y, aunque suena a tópico, él no lo hizo. La vida de él frena en seco mientras Celestial avanza preguntándose el tipo de matrimonio, de vida que tiene. 

     Y nosotros tenemos, sobre todo cartas. Cartas para comprenderlos y para comunicarse en las que descubrimos sentimientos e historia. Cartas que, si bien no conforman la novela al completo decidirán qué parte gusta más al lector en una novela que se va convirtiendo en una declaración racial sobre lo que puede suponer ser negro en Estados Unidos y ser sospechoso de un delito. A fin de cuentas, Roy está en prisión cuando realmente podría haber estado muerto. No es lo mismo ser negro o no para estas cosas. Roy pasa de la promesa a la prisión y de ella a ser algo que la sociedad evita: un negro, exconvicto en paro. sorprende la intimidad de las cartas, el tono realista que percibimos, el lado humano y también lo hace la presencia de grandes personajes secundarios que, una vez hemos finalizado la historia, casi han eclipsado a los protagonistas. Sorprende, por ejemplo, la voz del amigo, de André. Un matrimonio americano es más que un drama, un dramón, en el que el viaje, la detención, el juicio y la condena son el pistoletazo de salida de unas cartas que rebosan esperanza y pasión y que se van enfriando y es que, aunque Roy sale de prisión mucho antes de esos doce años, acaba firmando como un dubitativo esposo justo antes de acudir a un hogar que ha estado demasiado tiempo vacío. Así es inevitable el triángulo, la autopsia matrimonial y la reivindicación racial en una novela correcta que cae en más de un tópico que hubiera ganado evitando para centrarse en explorar esa primera parte.

     Un matrimonio americano es una buena novela. Solo que... no es excepcional. Ni muchísimo menos. Y es que la historia daba para mucho más.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

miércoles, 17 de abril de 2019

Rondó para Beverly. John e Yves Berger


     "Te veo con tus mejores galas, sonriente, con esa sonrisa tuya que guardo en el corazón. 
     Delante de mí está Noel Road, donde viviste algún tiempo años antes de que yo naciera. Te imagino viniendo por ella, doblando la esquina, con esa misma sonrisa. 
     Tantas cosas son iguales y tantas son diferentes. Así es, Mamá. Y si, como me decías a menudo, «no se construyó Roma en una hora», puede que las cosas más importantes las llevemos muy dentro, desde el día en que nacemos hasta el día en que morimos. Sí, puede que lo que tú llevabas hace cincuenta años cuando cruzabas Noel Road lo lleve yo ahora, mientras estoy aquí sentado delante de la galería. Y si mis pinturas vienen de algún lado, creo que ese sitio podría estar entre tú y yo, entre entonces y ahora".

     John Berger, escritor, crítico, pintor... su hijo Yves, pintor; Beverly Bancroft, editora. Me sobraban los motivos para acercarme a este título que intuía privado. Hoy traigo a mi estantería virtual, Rondó para Beverly.

     Un mes después del fallecimiento de su esposa, John se encontró escuchando un Rondó y pensando en ella de una forma tan intensa, que volvió a sentirse acompañado durante los minutos que duró la música. Quizás por eso decidió escribir este libro de unas sesenta páginas en compañía de su hijo, en el que, al igual que en un Rondó, el tema único y recurrente, es su mujer. Textos cortos e imágenes y dibujos se complementan una y otra vez para dar un retrato de la magnífica mujer que fuera Beverly y también de los sentimientos que en ellos despertaba. Del gesto cotidiano a la dureza de los últimos momentos, cada parte queda plasmada, incluso la muerte en el ataúd o la imagen de la 1ue fuera su zona de trabajo.

     Cuatro décadas de matrimonio en las que cada palabra escrita por John esperaba ser leída por su esposa. Décadas en las que el hijo también tiene opción de dejar su granito de arena en un homenaje privado a la mujer más importante de las vidas de estos hombres. El hombre que se queda solo, el hijo que se siente perdido en sus días malos y que percibe el calor de una sonrisa en los buenos. Un libro que se llena a ratos de metáforas de música y gafas de ver y que toca el corazón de cualquiera que ha sentido una ausencia vital. Un libro triste pero hermoso que saca de la tragedia el recuerdo y termina con una sonrisa borrosa pero llena de ternura.

     Como curiosidad, añadir que es tan privado, que el título original de la obra es Flying Skirts, que viene a ser una falda con mucho vuelo, perfecta para moverla al bailar, y que era un apodo de la editora, esposa y madre.

     Rondó para Beverly es un libro, un homenaje, una rareza... pero es, sobre todo, hermoso.

     Y vosotros, ¿qué opináis de estos libros que cruzan la línea de lo privado?

     Gracias.

Si muero antes que tú 
líbrame de las palabras en lata y de las 
fechas caducadas



martes, 16 de junio de 2015

El Reino de la Noche. William Hope Hodgson




     "Eso es el Amor, que tu espíritu viva en santidad natural con el Amado, y vuestros cuerpos sean un goce suave y natural que nunca perderá su misterio amoroso... Y que no exista la vergüenza, y que todas las cosas sean lo más y limpias, por efecto de una inmensa comprensión; y que el Hombre sea un Héroe y un Niño ante la Mujer; y que la mujer sea una Luz Santa del Espíritu, y una Compañera Completa, y al mismo tiempo alegre Posesión para el hombre... Y esto es el Amor humano..."

     No es ningún secreto que me gusta el terror, el bueno, acercarme a lo gótico de mundos descritos en el pasado y tal vez ambientados en un futuro oscuro. Por eso me atrajo este libro: por la cubierta, la trama, la mención a Lovecraft... tenía que leerlo. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El Reino de la Noche.

     Ambientado, al menos en sus primeras páginas, en el siglo XVII, en la novela conocemos a un joven enamorado: presa de ese amor que se describe siempre como verdadero. sin embargo, su enamorada, Lady Mirdath fallece al dar a luz y el joven queda desolado por la pérdida. En su dolor ve un mundo del futuro, en el que no hay sol y todo es oscuridad. Un mundo en el que apenas hay humanos, y los existentes se refugian en una pirámide existente en este Reino de la Noche. Será en este mundo en el que el joven emprenderá su viaje en busca de Mirdath, y este viaje se convertirá en una verdadera odisea hacia otra pirámide.

     Con un estilo de romanticismo tal vez ya pasado de moda, incluso levente exagerado, Hodgson nos traslada a un mundo realmente espeluznante. Consigue así un tono casi alegórico, de narración fantástica contada a la luz de las velas hace varios siglos. No es difícil imaginar la voz profunda del narrador relatando su epopeya, dejándose llevar por sensaciones y rutinas en este viaje que comenzamos con los ojos bien abiertos ante las descripciones presentadas. El Reino de la Noche es una visión de un desolador futuro que casi podría decirse está marcado por el pesimismo de un mundo sin sol y criaturas terribles, un mundo lleno de oscuridad y peligros acechando. Un mundo casi de pesadilla, y justo ahí vendría un motivo añadido a esa Noche que aparece en su nombre.

     He disfrutado con las inquietantes descripciones, imaginando cada rincón por el que transcurría el peligroso camino de esta especie de caballero que busca a su amada incluso traspasado el umbral de la vida. Porque más allá de la historia, de lo que se disfruta en este caso es del camino imaginado por el autor en este mundo futurista que tanto choca con las utopías y distopías que estamos acostumbrados a leer en los últimos tiempos. Además, hay que añadir, que si bien el tono resulta extraño al principio, pronto nos vamos adecuando a él hasta integrarlo completamente en el argumento sin que nos resulte un problema para avanzar con tan gótica lectura.

     He disfrutado mucho, me ha sacado incluso la sonrisa en algún momento el hecho de encontrarme con un narrador en primera persona. Le da un toque personal, estamos ante su historia, somos sus oyentes y así nos la cuenta. Nos da la bienvenida a su realidad.

     Y vosotros, ¿sois de viajar al futuro o preferís la novela histórica?

     Gracias