jueves, 19 de mayo de 2011

La carretera – Cormac McCarthy



"¿Puedo preguntarte una cosa?, dijo.
Naturalmente
¿Nos vamos a morir?
Algún día. Pero no ahora.
Y todavía vamos hacia el sur.
Sí.
Para no pasar frío.
Así es.
Vale.
¿Vale qué?
Nada. Solo vale.
Duérmete.
Vale.
Voy a apagar la luz. ¿De acuerdo?
De acuerdo.
Y luego, ya a oscuras: ¿Puedo preguntarte algo?
Naturalmente.
¿Qué harías si yo muriera?
Si tú murieras yo también querría morirme.
¿Para poder estar conmigo?
Sí. Para poder estar contigo.
Vale."
      Hace no mucho ví en el cine la película que lleva este título y eso me hizo recordar que lo tenía perdido en casa. Lo releí y descubrí que, al igual que la primera vez nos deja pegados a cada letra desde la primera página. Consigue que no sea importante si el mundo llega o no a su fin, ni siquiera es demasiado importante cómo va a terminar el libro o qué ha pasado por el camino hasta que nuestros protagonistas han llegado a esa carretera. Todo se centra en ella y en lo que va mostrando de la sociedad, la familia y la naturaleza humana y, tampoco nos preocupa demasiado a qué lugar se dirigen, pese a ser el fin de nuestros protagonistas, la supervivencia agarrada a la esperanza del lugar al que conduce la carretera.
      McCarthy trata el tema con tal maestría que ni siquiera nos dice el nombre de los protagonistas, ni intenta llegarnos a través de la sensiblería, nos muestra a un hombre un un muchacho cualesquiera, que sobreviven en un mundo devastado. Buscan sobrevivir al sur, de un mundo gris contado sin intentar mostrar lo bonito y lo amable, sin dulzura alguna, ni siquiera en los momentos en que se recuerda el pasado, desconocido para el muchacho. Aún así, no pude evitar sonreir ante el descubrimiento de una coca cola, sabiendo que iba a ver a los protagonistas llegar a un final lúgubre, alejado de esos finales felices tan comunes hoy en día.
      Gracias

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