viernes, 17 de junio de 2011

El gran Gatsby. Scott Fitzgerald


      "En mi primera infancia mi padre me dio un consejo que, desde entonces, no ha cesado de darme vueltas. Cada vez que te sientas inclinado a criticar a alguien -me dijo- ten presente que no todo el mundo ha tenido tus ventajas. No añadió más, pero ambos no hemos sido nunca muy comunicativos dentro de nuestra habitual reserva, por lo cual comprendí que, con sus palabras, quería decir mucho más."

      Se nota que soy fiel seguidora de la denominada "generación perdida" pues van pasando libros por aquí y, en algún caso, no ha pasado un título porque dudo entre varios del autor (a la que me ponga con Steinbeck... no quiero ni pensarlo). Toda esta generación vive la I Guerra Mundial muy de cerca así como su posterior conciencia del daño que puede causar el ser humano y, todo ellos vivieron después en Europa, alcanzando una visión diferente de este conflicto. Tal vez esas vivencias son las que les convirtieron en precursores de la moderna novela americana.

      Inicialmente es una clásica novela de amor donde Gatsby abandona a la mujer que ama porque no tiene dinero que ofrecerle pero, lejos de resignarse, se emplea a la tarea de hacerse rico para poder volver a conquistarla. Para ello usa a un primo de la mujer en cuestión quien nos irá revelando poco a poco los pormenores de esta historia, ni de lejos, tan sencilla como nos había parecido, para hacer un fiel relato de la sociedad americana.

      Cuando comencé el libro, tengo que confesar que estuvo en un tris de aburrirme, ya que el narrador no hacía otra cosa que ir de fiesta en fiesta y me parecía bastante frívolo y superficial. Estaba yo en ese dilema cuando de repente aparece Gatsby con toda su fuerza, un hombre soñador a la par que luchador que hace que todo lo anteriormente leído cobre un significado distinto a la luz de lo que nos va revelando.

      Y si en lugar de ocuparnos del libro lo hacemos de la vida del autor? Nos encontraremos con un hombre que, tras haberse hecho famoso por sus magníficos relatos va desapareciendo acompañado de la bebida, pobre y olvidado hasta el punto que, cuando contaba con 44 años muchos de los lectores de su obra pensaban que ya estaba muerto. Si generación perdida se refiere a escritores americanos que acabaron escribiendo tanto como bebiendo en París en los años 20.. Fitzgerald también es un digno representante.

      Gracias

1 comentarios:

Marcelo dijo... [Responder]

Me lo estoy bebiendo, literalmente. Empecé con Gatsby, luego con cuentos y hoy acabo de terminar Suave es la noche. Si no leíste este último deja todo lo que tengas entre manos y leelo!