lunes, 25 de febrero de 2019

Los lobos de Praga. Benjamin Black


     "Hoy pocos recuerdan que fui yo quien encontró el cadáver de la desdichada hija del doctor Kroll tendido en la nieve aquella noche en el Callejón del Oro".

     De vez en cuando John Banville se viste de negro bajo el nombre de Benjamin Black y cambia de registro. Hoy traigo a mi estantería virtual la última novela en la que lo ha hecho, se trata de Los lobos de Praga.

     Conocemos a Christian Stern cuando recuerda lo sucedido hace tres décadas. Era el año 1599 y él tenía veintitantos años cuando llegaba a Praga. Era un joven erudito, con interés por la alquimia y ganas de forjarse un nueva vida en la ciudad, pero la primera noche quiso la mala fortuna que se topase con el cadáver de una mujer joven. La joven resultó ser la hija de alguien importante y Stern fue detenido en un primer momento para no tardar en descubrir que el mismísimo emperador Rudolph II había soñado con la llegada de una estrella... y parece creer que la estrella es él. De la prisión a las intrigas de la corte, las tensiones sexuales y de poder y los asesinatos en la noche de Praga y la búsqueda de un asesino cuya caza salvaría al joven Stern de toda sospecha.

     Esta vez Black ha dejado de lado su saga negra para meterse en una novela histórica en la que fusionar el estilo de sus dos vertientes literarias: la narrativa de Banville y la fiereza de Black. Ambas se confunden en las páginas de una novela que dibuja un retrato despiadado de un emperador y una ciudad llena de sombras y secretos por las que moverse. Mezcla para ello personajes reales, con o sin juego de letras en sus nombres, con otros creados expresamente para la novela, logrando de este modo que el lector sienta la decadencia y abyección de una época que quedaría marcada por la Guerra de los Treinta Años. El protagonista, detenido y con un futuro negro, es salvado por el supersticioso emperador y elevado a las intrigas de la corte, en las que es más bien un patán y que le permiten desarrollar unas conclusiones diferentes a las de quienes participan del circo. De hecho, las observaciones, caualidades y giros son una constante durante la parte central de una novela que no aspira a ser trepidante y se toma su primer cuarto en arrancar presentando a cada uno de los integrantes más importantes de la trama. Sin embargo, si uno se ara a pensar, sucede en estas novelas lo mismo que en las protagonizadas por Quirke y es que la ciudad en la que se ambientan termina por alzarse como la gran protagonista debido a la magnifica labor de ambientación del autor. En este caso además, Banville ya había visitado la ciudad y la época en su novela Kepler, basada en el matemático y astrónomo de Rudolph, así que ha sido casi una revisita a la época y ciudad.
Black juega al detective farsante que bebe y es despistado, cuya situación parece empeorar a ratos y que hace soltar alguna sonrisa al lector más por el tono de sus recuerdos que por los hechos acaecidos y de este modo, sin darnos cuenta, nos ponemos de su lado deseosos de conocer el final de la novela. Lo curioso es que más que querer conocer la identidad del asesino, lo que nos termina por interesar son las intrigas de poder, las luchas a media voz dentro del palacio, que hacen que el hilo más negro quede a grandes ratos eclipsado.

     Los lobos de Praga es una novela que acerca los nombres de Banville y Black hasta conseguir difuminar la línea entre ellos en muchas de sus páginas. He disfrutado mucho de su lectura, quizás porque Quirke nunca ha sido de mis detectives favoritos.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.



11 comentarios:

Aylavella dijo... [Responder]

No he leído nada de Benjamin Black, pero creo que con esta me podría estrenar.
Hoy creo que voy a empezar El Abrazo del monstruo.
Besos

Anabel Samani dijo... [Responder]

Este no me lo voy a llevar. Quizá el próximo.
Empiezo la semana con un libro que abandoné en su día , pero que quiero volver a darle una oporutnidad: Tu nombre después de la lluvia.
Beso y feliz semana :-)

Emilio Manuel dijo... [Responder]

Descubrí a Benjamín Black y su patólogo Dr. Quirke desde que se le entregó el premio Príncipe de Asturias en el año 2014 a John Banville, magnífico uno y casi mejor el otro.

Saludos

Chica Sombra dijo... [Responder]

Me tira para atrás que sea histórica, lo demás sí que me intriga.
¡Muchos besos!

Shorby dijo... [Responder]

Tengo pendiente leer al autor desde hace tiempo, de hecho tengo un par de libros suyos por casa esperando turno...

Besotes

Aydita dijo... [Responder]

Este lo dejaré pasar pero gracias por la reseña.
Besos

Margari dijo... [Responder]

Pues no me he estrenado con el autor con ninguno de sus nombres... Y tengo que ponerle remedio, sin duda.
Besotes!!!

CHARO dijo... [Responder]

Interesante reseña aunque no me la apunto porque tengo varios libros pendientes y ahora leo despacio.Besicos

J.P. Alexander dijo... [Responder]

No sé , capaz que lo leo. Ten una buena semana

Carla dijo... [Responder]

Esta vez no me lo llevo, demasiado pendiente y hay que ir descartando
Besos

Inés dijo... [Responder]

Siempre he estado tentada de empezar con Quirke pero soy muy tozuda y era desde el principio o nada, así es que no me decidía. Este verano leí Pecado, el primero de una nueva serie de Black por lo visto y me pareció flojísimo. Con Banville aún no me había atrevido, así es que cuando vi este al parecer mezcla de los dos alias del autor me decidí y la verdad es que me gustó mucho. Es cierto, como comentas que llega un punto que lo de menos es quién ha matado a la pobre muchacha, interesan mucho más los tejemanejes cortesanos.
Un beso