Los pelícanos ven el norte. Pablo de Aguilar

      "Sin saber qué me estaba ocurriendo, empecé a temblar, cada poro de mi cuerpo despedía gotas de sudor, era como si mi tráquea se hubiese aplastado y no dejara pasar el aire, la parálisis se apoderó hasta del más insignificante de mis músculos y no era capaz ni siquiera de cerrar un párpado. Mis puños se contrajeron de modo que las uñas se me clavaban en las palmas hasta hacerme sangrar y, una vez desatascada la garganta, un tremendo y aterrado alarido se extendió en todas direcciones".

      Como es verano y estoy trayendo mucho libro corto, enseño dos. He dudado esta vez entre hablar de "Intersecciones" o "Los pelícanos ven el norte", pero sólo un instante. No he tenido más que recordar al protagonista que, permanentemente me sacaba una sonrisa a la fuerza, dudo de si era condescendencia ante sus explicaciones, para decidirme. Y sí, el mismo que nos cuenta el fragmento que os enseño arriba me hacía sonreír de esa forma mientras me lo iba explicando, es de esas sensaciones que te transmite un personaje y que no le encuentras demasiada explicación (ya hablé aquí de otro que me caía tremendamente mal sin motivo aparente... al principio).

      Lo descubrí por su premio Volkswagen Qué Leer, que siempre convierte un título en aspirante a lectura para el verano, pero cometí el error de leer el argumento. Me hablaba de un protagonista, Hércules, acosado por fobias que emprende un viaje por Estados Unidos en pos del amor de su vida.. y no me terminaba de decidir. Me alegra enormemente haberlo hecho, aunque no tengo del todo claro si leí el mismo libro del que hablaba la reseña. Encontré mucho más; encontré un Hércules conocedor de sí mismo y de sus límites marcado por esas fobias y, si que inicia un viaje, pero tal vez más que ese amor busca una especia de panacea que me hace pensar que está elegido con sumo cuidado el nombre del protagonista, aunque esta vez dista mucho de ser un héroe. No os confundáis, pese a eso ví un hombre principalmente perdido en sí mismo, un personaje completo, para nada limitado por el autor a un rasgo característico que podía haber sido definitorio. Evidentemente no encuentra lo que busca porque la gente con los años cambia, y toma rumbos insospechados en sus vidas. De algún modo, recorrer el mundo tras esta mujer le hizo tener un objetivo.

Apunto aquí el pasaje del terapeuta, de mis favoritos. Como siempre voy un poco a contracorriente y, en lugar de hablaros de la chica, esto lo descubriréis solos, os recomiendo parar en este personaje y en las reacciones que provoca.

      Animaos este verano y aprovechad este tipo de novelas que vienen de la mano de premios tal vez no tan conocidos, pero precisamente por eso, mucho más al alcance de cualquier bolsillo.

      Gracias

      Pd. Y gracias a los que me habéis recordado este libro.