martes, 26 de julio de 2016
La ascendencia. Alexandre Postel
"La gente metódica como usted siempre necestia un comienzo. "Empecemos por el principio, reconstruya los pasos que le han conducido (y ha dudado, no sé si por delicadeza, antes de concluir la frase) hasta aquí". La cuestión es que, cada vez que pienso en el comienzo, me viene un día diferente a la cabeza: cuando decidí marcharme de casa de mi padre, cuando conocía a Marion, cuando no dije algo que debería haber dicho. Pero ¿qué día es ese? ¿Qué debería haber dicho? Hoy me acuerdo del pasado 30 de abril."
Conocía a Postel con su novela Un hombre al margen, que le valió el premio Goncourt en 2013. Un estilo propio que muchos dijeron seguía la estela de aquel Extranjero creado por Camus, me hicieron intentar seguir la pista al autor. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual su último libro. Se trata de La ascendencia.
El protagonista y narrador de la historia, un hombre joven, con un trabajo mediocre y una vida normal, irá relatando lo sucedido durante los cinco días que le cambiaron la vida. Se remontará al momento en el que, trabajando en una tienda de telefonía, recibe la llamada de un médico que le comunica la muerte de un padre al que apenas conocía. Los siguientes cinco días serán determinantes en la historia, y en su vida.
Cuando nuestro protagonista descubre que su padre ha muerto, se apena. Cómo no hacerlo pese a que su relación se hubiera enfriado. Tampoco tuvieron ningún problema relevante, y la muerte de su madre ya les alejó en su día. Sin más familia, no le queda otra que acudir a la casa de su padre y arreglar todos los papeles necesarios para el sepelio mientras, ya durante el trayecto en tren, empiezan a despertarse recuerdos tiempo atrás olvidados. Uno de ellos, la llave que su padre se colgaba al cuello de un lazo para mantener lejos del sótano a su hijo: "rarezas", "manías", se dice el hijo que lo achaca a la edad avanzada y el hecho de vivir en soledad. Pero somos humanos y, una vez recogidos los efectos de su padre, no puede evitar bajar al sótano para tomar una de esas botellas que su padre guardaba allí y que no quería que su hijo gastara. Y en ese momento empieza una espiral de pesadilla en la que nuestro narrador descubre un secreto aterrador que lo arrastrará entre la indecisión y el estupor, a una semana que se nubla en sus recuerdos tal vez por el alcohol o los ansiolíticos consumidos.
Postel continúa de este modo con la línea comenzada en su primera novela, y nos deja a un personaje que parece sentir un profundo desapego por el mundo, como si le faltara sangre. Un personaje en el que vemos reflejados muchos de los males de la sociedad actual, casi todos provocados por ese dejarse llevar sin esfuerzo; o simplemente por no esforzarnos. Y lo hace sin desprenderse de un cierto tono irónico que sacará la sonrisa del lector en más de una ocasión.
No sé si Postel leyó o no a Camus, ni si su extranjero fue tan importante para él como parece desprenderse de su obra. Pero no cabe duda que hay una sombra en este historia marcada por la cobardía. Una novela corta en la que será el lector quien pase por todos los sentimientos que debería sufrir el protagonista sin poder evitarlo. Dejará de importarnos el por qué para convertirnos en observadores privilegiados de esta oscura historia sin darnos apenas cuenta de que tiene momentos de brillante comedia negra.
Hay libros que nos demuestran que aún queda mucho por contar, mucho por escribir y que no todo está inventado. O tal vez sí, pero quedan maneras diferentes de contarlo. Alexandre Postel es una prueba de ello.
Mira que me cuesta sonreír con un libro, no digamos ya reír. Por eso mi pregunta de hoy es bastante simple, ¿os reís leyendo?
Gracias.
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24 comentarios:
Pues leyendo he pasado por todos los estados. Me cuesta emocionarme con los libros; bien, pues varios lo han conseguido. Otros me han hecho sonreír y algunos han sacado de mí una risa. Así que sí, me he reído leyendo. Un beso.
No me desagrada en absoluto. Tomo nota.
Sobre lo de sonreír, alguna vez me ha pasado pero al igual que tú es muy ocasional.
Besos.
Hoy no me llama demasiado. No soy mucho de reir leyendo, pero alguna vez..
Un beso ;)
Mentiría si dijera que el argumento no me ha llamado la atención, la verdad que lo ha dejado en un punto clave y necesito saber más, así que si me topo con este libro probablemente lo lea. En cuanto a reir leyendo, sí, me ha pasado que me he reído leyendo, sonreído y emocionado. Hay historias que son así. Un saludo!
A mí también me cuesta reír con los libros, este no me atrae demasiado
Besos
Cuando un libro es capaz de hacerme reaccionar, y hablo de cualquier tipo de reacción: enfado, alegria, tristeza, humor, culpabilidad, angustia, etc, ese libro se convierte en imprescindible. Sí hay libros que me hacen reír sin ser cómicos y hay libros que me emocionan. No entiendo a la gente que se cierra a un libro, si están para eso, para sacarnos de nuestra vida y meternos en la suya, ¿no? Si un libro no consigue eso, no es para mi.
Ya estas creándome necesidades (vol. 2000001)
¡Hola! ^^
Pues reconozco que con los libros estoy más cerca del llanto que de la risa. La verdad es que no soy muy de reírme con los libros, pero alguno sí que ha conseguido hacerme reír.
Besos!
No creo que lo lea, no me atrae nada ^^
Hablaron de él muchas maravillas y no sé si me atreveré a leerlo...necesito de libros tranquilos. Ya la vida nos cuenta demasiadas historias tristes...Sin embargo, con algunas de ellas...caigo y necesito leerlas...
Últimamente me río mucho con los libros...en especial con los momentos irónicos.
Besos y feliz verano
No es para mí, pero gracias por tu reseña ^^
la sonrisa cómplice...
claro!
la risa propiamente dicha ya es mas difícil.
pienso sin embargo en la conjura de los necios
claro que me río cuando lo que estoy leyendo me hace gracia y de la misma forma también lloro si es muy triste.Besicos
¡Hola!
Acabamos de encontrar tu blog, buscando justo esta reseña, y déjanos decirte que está genial! A todas nos ha dado ganas de leer el libro, y dentro de poco cae seguro. Puede que hagamos reseña en nuestro blog, si quieres pásate a verlo: thepretty-corner.blogspot.com
Sería una maravilla.
Muchísimas gracias, ya nos suscribimos :D
Hola! El libro de hoy no termina de llamarme, así que lo dejaré pasar. Yo si suelo reírme con los libros, sobre todo los de temática chick lit.
Besos!
Me cuesta reírme con los libros así que esta vez no termina de tentarme.
Besotes!!!
Me encantó Un hombre al margen, así que este caerá seguro, gracias por presentármelo, que no lo conocía! 1beso!
Uy ami me gusta reir y la comedia negra ha si que lo vere. Respondiendo a tu pregunta a veces
Uy con lo que yo me río y lo difícil que me resulta hacerlo con un libro. No me llama demasiado.
Besos
No soy de risa fácil tampoco. Pocos libros lo han conseguido. Este lo dejo pasar.
A veces me he reído con la lectura de algún libro.
Lo apunto
Un beso.
Sirmpre hay maneras distintas de contar lo mismo, el punto es encontrar esa que sea la adecuada, novedosa.
Esta trama da para mucho.
Y sí, suelo sonreír cuando leo; reír, poco.
Saludos.
Pues pinta muy bien. Cuando un libro te lleva por un viaje de emociones, independientemente de que ese libro sea bueno, malo o mediocre, se habrá convertido, en lo personal, en una buena lectura, y eso es lo que importa. Creo que este podría conseguirlo y, si se trata de una novela corta, me abre más el apetito.
Y, respecto a la pregunta que formulas... Sí, yo he reído con algún libro, aunque ha sido algo así como una carcajada seca; soy más de sonreír que de reírme.
Besinos y gracias por la reseña^^
Pues claro!!
Me río, suelto carcajadas, lloro, me mosqueo, despotrico en alto... estoy tan en mi burbuja que no me doy cuenta de que a veces la gente flipa, pero bueno =)
Besotes
Necesidad creada, otro autor que no conocía.
Tengo reciente El extranjero, por lo que me ha llamado mas la atención.
Es independiente del primero verdad?O recomiendas conocer al autor mejor con su primera obra?
Yo me río relativamente poco y con los que si lo hago es con los libros de Alejandro Palomas, con el si me he descubierto soltando una carcajada mandíbula batiente de esas improvistas que saben tan bien.
Besos
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