lunes, 10 de marzo de 2025

La tormenta. Ragnar Jonasson

 



     "«Fin.» 
     Erla dejó el libro a un lado, se recostó en el viejo sillón raído e inspiró hondo".

     La hora de la verdad, dice el subtítulo y por eso quizás he esperado menos que nunca para leer el desenlace de Hulda. Hoy traigo a mi estantería virtual, La Tormenta.

     Como ya sucede con las anteriores entregas de cualquiera de sus series, Jonasson destaca por su escritura impecable tanto como por dotar a sus protagonistas de historias personales complejas que se adueñan de la serie tanto como las tramas policiacas que las acompañan. Y en este caso a quien hemos ido conociendo es a Hulda.
     En la tormenta Hulda ha vuelto al trabajo tras una licencia por motivos personales. En este caso se encuentran dos cuerpos en una granja remota que Hulda tiene que investigar llevando al lector al tiempo justamente anterior a la muerte de las víctimas. Y es que estamos en un caso anterior lo que hace que si a uno le apetece pueda empezar por aquí y viajar a Islandia en los años 80, un lugar frío, oscuro y, en el caso de la granja de Erla y Einar, aislado. Por eso les sorprende tanto que llamen a su puerta. Porque nadie llega a su casa si no tiene un motivo. Erla está convencida y tiene miedo, pero Einar opta por dejarlo entrar... 

     Jonasson fiel a su estilo se basa más en la tensión psicológica que en la sangre. Sus libros son policíacos pero el lector es capaz de sentir el miedo de sus personajes, de dejarse llevar por una sensación de fatalidad mientras la trama se va retorciendo, que convierte a la lectura en una experiencia muy gratificante... y perturbadora. Y después está Hulda, que es un misterio. siempre hay un lado en su pasado que no llegamos a ver y que ahora, al mirar atrás en el tiempo, tenemos la esperanza de conocer. Hulda era una mujer marcada con un carácter que aquí está ya bien definido aunque mucho menos domesticado, y esta mujer joven nos va a mostrar quien es encajando las últimas piezas de un puzzle que la convertirán en un personaje inolvidable. Supongo que al autor no le daba más de sí, o se cansó o simplemente no quiso estirar, como hacen otros, la vida útil de su protagonista. Pero yo la voy a echar de menos. De eso no me cabe ninguna duda.

     La tormenta es un libro que he disfrutado y que me ha permitido cerrar una trilogía con la sensación de haber hecho un buen viaje.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias.

lunes, 3 de marzo de 2025

Felices como asesinos. Gordon Burn




     Basado en un hecho real. 

      Los asesinos en serie son espeluznantes, aterradores, sociópatas que muchas veces se disfrazan de normalidad. Los asesinos en serie ocupan las páginas de los diarios, las noticias, horas y horas de series, libros y películas y documentales. Pero, sobre todo, los asesinos en serie existen. Hoy traigo a mi estantería virtual, Felices como asesinos. 

     Conocemos a Fred y Rosemary West. Este matrimonio ya había sido denunciado en su día por la canguro que trabajaba en su casa, pero ahora han aparecido restos humanos en su jardín. Son los huesos de su hija Heather. Por si fuera poco, cuando la policía excava comienzan a aparecer huesos de otras mujeres, parece que ocho.¿Quienes son Fred y Rosemary?

     Me acerqué a este libro por la comparación constante con "A sangre fría" uno de mis libros favoritos. Sin embargo, más allá de una supuesta investigación basada en unos asesinatos reales, poco o nada tiene que ver un libro con otro; si acaso que ambos tienen letras. "A sangre fría es una investigación exhaustiva mientras que "Felices como asesinos" entra peligrosamente en el terreno de la ficción ya que, en primer lugar, hay mucho agradecimiento, pero poca fuente citada. Además de eso, se acerca peligrosamente al terror tanto por la crudeza de las escenas de sexo y muerte o agresión que representa el autor, como por el tono utilizado en ellas. Incluso basado en la ausencia de sujeto al que dirigirse o de verbo, cae en un tono y unas formas a ratos erráticas que consiguen poner los pelos de punta a cualquier lector empeñado en meterse en la cabeza de este escalofriante matrimonio. 
      Lo que hace el autor es retroceder para intentar desnudar a Fred y Rosemary. Sabemos que encuentran huesos, sabemos que ya fueron denunciados y también conocemos sus finales, peses a que, a mi modo de ver hay una duda que no se satisface o, al menos a mi, no me ha dejado las cosas tan claras como me hubiera gustado. 

      Una de las cosas que más asustan de este tipo de casos reales es, por encima de lo terrible de sus actos, la facilidad con la que han pasado desapercibidos durante años pese a que hayan desaparecido mujeres relacionadas con su entorno. Es esa suerte de vulnerabilidad que despierta en cualquier lector, lo que hace que la novela se vuelva intranquilizadora desde las primeras páginas y será la crudeza con la que avance la que la haga no apta para estómagos sensibles. Uno se pregunta si no vivimos en una época de pornografía, en la que todo se exhibe hasta el tuétano y la pornografía menos porno es aquella con la que relacionamos en primer lugar la palabra: es decir, la sexual. 

      El libro en su conjunto funciona, ya que decir que un relato así ha gustado ralla con el dilema moral, sin embargo es difícil abstraerse a los fallos comentados en el tono y las formas, así como el referido al desenlace relacionado con Rosemary. Recomendarlo en este caso es un riesgo, ya depende de cada uno, de su interés, curiosidad, estómago y capacidad para dormir tranquilo. Yo, en mi caso, no me arrepiento de haberlo leído. 

      En cuanto a las modas ahora tengo curiosidad por saber si habrá serie.

     Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?

     Gracias