Como muchos conocí a Patrick Rothfuss por El nombre del viento, un libro magnífico que me ha hecho ir siguiendo la pista al autor publicación tras publicación. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, El estrecho sendero entre deseos.
Conocemos a Bast, esto irá ya en función de si somos o no lectores habituales del autor en cuyo caso ya le conocíamos, al que seguimos en su día por la ciudad de Neware.
Sacar un libro de Rothfuss es arriesgarse a que aparezcan un montón de lectores criticando que no haya finalizado su Crónica del asesino de reyes, comenzada en 2007 y sin fecha del último. A ellos les diría que el mismo autor avisa en este libro que Bast es un viejo conocido e incluso añade que este título es una ampliación de un relato que quizás ya hayan leído. Rothfuss no engaña, va de frente. Entonces, si ya conocemos el relato, ¿por qué leer el libro? Esta también es fácil: pues porque Rothfuss consigue una narración dinámica y francamente divertida en la que conozcas o no previamente su obra, no tardas en verte sumergido en la historia visualizando cada una de las calles e incluso las caras de, por ejemplo, los niños. Prueba de ello es el propio Neware, un lugar sin importancia en el que las personas y el día a día son francamente normales. Esto hace que las supuestas misiones del protagonista sean objetivamente banales pero se sientan como algo vital y divertido con el que pasar un buen rato gracias a una prosa que se adapta tanto a su personaje principal como para tener una parte casi lírica que se funde con la forma en que Bast se expresa. Este punto tiene además una doble función que separará a quienes ya conocían a Bast de aquellos que no, de tal modo que unos leerán con una ceja en alto distintas situaciones mientras que a otros el autor ha decidido dejarles intacto el camino hacia el descubrimiento. Los primeros notarán las nada sutiles diferencias entre Bast y el resto mientras siguen alimentando teorías, los segundos comenzarán a teorizar apenas una mínima parte de lo que podrían haber hecho. Por eso sirve como puerta de entrada a la obra del autor.
Es además imposible hablar de esta novela sin referirse a la preciosa edición que se ha publicado por parte de Plaza & Janés, elevando el libro a objeto preciado, una forma más de darnos un motivo para leerlo. Y es que puede uno estar molesto por la espera, pero nadie puede negar que su pluma merece la pena y que uno se sigue sintiendo tentado a recomendar toda su obra aunque sepa que también recomienda la espera, y que no lo hace por fastidiar a otros lectores, no. A Rothfuss se le recomienda porque es un verdadero placer leerlo y porque sus personajes, cuando toman protagonismos, se convierten en algo único a los que, sin apenas esforzarnos, somos capaces de escuchar.
He disfrutado mucho leyendo El estrecho sendero entre deseos.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.