"Hoy es el aniversario de La Niña del Helado. Fue junto al lago, hace once años,. La niña estaba allí y de repente ya no estaba. Siempre es mal día cuando descubro que hay un asesino entre nosotros".
Siempre me han gustado las novelas de terror. Eso hace que me acerque a ellas con regularidad y precisamente por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La casa al final de Needless Street.
Conocemos a Ted Bannerman en el aniversario de la desaparición de la Chica Del Helado. Todo el mundo lo recuerda, si la prensa lo hace, lo hace todo el mundo, pero sobre todo Ted ya que fue interrogado en su día y señalado por los vecinos. Es difícil cuando te ves involucrado de esa manera que no te señalen y murmuren. Ahora Ted vive aislado en su casa. Una casa de ventanas tapiadas que comparte con su gata Olivia y en la que recibe las periódicas visitas de su hija Lauren, una niña temperamental cuyo carácter se vuelve cada vez más ingobernable. Pero así es su vida, tranquila y ordenada.
Hablar de esta novela sin hacer el mayor spoiler de la historia es bastante complicado. Sobre todo para conseguir transmitir lo que uno se puede encontrar al leerla. Pero, ¿quién dijo miedo? (Ward, sí, ella lo dijo).
Estamos ante una novela coral que más que terror aporta un suspense opresivo con un fuerte componente psicológico que se basa en el uso de narradores poco fiables dando su versión de lo que sucede. Y, esta es fácil, si la novela tiene pocos personajes, darles voz es la mejor forma de que el lector se involucre con ellos. Y... bueno, yo me quedo con el gato. Así veremos como una grabadora vieja será testigo de historias que pasan por recetas, visitas traumáticas de Lauren a su padre y la preocupación de éste por ella, y también la atronadora voz del gato guardián. Guardián porque su dueño le salvó de correr el mismo destino que sus hermanos, que todo hay que explicarlo de puntillas en esta historia. Nos adentramos así en la historia descubriendo con calma qué sucede tras las ventanas tapiadas y jugando a hacernos los sorprendidos cuando tras un rento arranque y un pequeño rodaje, se nos van desvelando las sorpresas.
La novela tiene a su favor lo original de la narración y una soberbia ambientación psicológica en la que consigue, al no describir a los personajes hasta bien avanzada la historia, que el lector gire su percepción varias veces convirtiéndose en cómplice. Esta base es importante ya que, una vez finalizada, pensar en todas las pistas que vimos sin mirar se convierte en lo mejor de la historia.
La casa al final de Needless Street es una novela de terror psicológico que reúne muchos rasgos habituales del género pero que se antoja lenta en sus comienzos y correcta en su finalización. Leeré más de la autora.
Y vosotros, ¿sois lectores de terror?
Gracias.