La poesía no es un trabajo.
Como tantas otras veces llegué a esta novela por su cubierta, me llamó la atención. De un vistazo leo que trata sobre un haijin o un hombre que quiere serlo, y, como nunca había tenido en mis manos una novela con una trama semejante, me lo llevé. Hoy traigo a mi estantería virtual, Nieve.
Conocemos a Yuko, descendiente de una familia de soldados o sacerdotes. Pero él no quiere seguir el camino familiar, Yuko quiere escribir haikus, así lo ha sentido al escuchar la naturaleza. Comienza entonces su viaje, durante el que encontrará a un maestro ciego que lo enseñará a mirar. También a la mujer más hermosa, casi irreal. Pero antes de eso, Yuko ya sabía sobre lo que quería escribir, la nieve.
Nieve es un relato largo o una novela mínima, la primera que leo del autor, y que me ha recordado a Seda en muchos momentos. Las palabras en este caso se anteponen al argumento, a la trama, a los personajes. El autor concibe el libro como un pequeño cuento para adultos que llena de imágenes hermosas, de frases que buscan reflejar belleza y serenidad desde las primeras líneas. todo maravilla, sobrecoge, llena de plenitud... cada coma está colocada buscando la pausa justa que lleve al lector a sentir que está ante algo irreal "compraba y vendía, gusanos de seda" martilleaba en mi cabeza la frase de Baricco. El autor enfrenta al protagonista a los majestuosos Alpes japoneses en su camino hacia el maestro Soseki, ciego, un clásico, y allí en cuentra a la mujer congelada, una suerte de reina de las nieves desprovista de... bueno, eso os lo dejo descubrir, con estos detalles creo que ya son suficientes para que comprendais que la lectura se acomoda el traje de fábula para buscar al lector complacido que goza del paisaje. Sin embargo este tipo de libros corren el riesgo de ser leídos con detenimiento, el lector que goza del paisaje decide observar con atención, y ahí es donde la obra cojea, donde suena impostada, demasiado preparada en muchos momentos. Cada lugar está en el sitio preciso, las afirmaciones a veces tajantes no se sostienen, los clichés se multiplican... la novela que parece un cuento descubre que quien la lee es un adulto, y no soporta la presión. La nieve que se amontona, que se oye caer en el silencio, que se derrama sobre la tierra tras descubrir el amor, ya no es suficiente porque, como en una gran obra de teatro, no puede ser nieve real. Eso es al menos lo que me ha pasado a mi. Le sigo viendo la belleza, las palabras buscadas, los tiempos medidos (incluso literalmente), pero me cuesta encontrar en la historia el poso de lo prometido en las primeras páginas. Todo es un escenario en el que un haiku no termina de encajar.
Nieve es una lectura breve y hermosa que a mi, personalmente, no me ha convencido porque lo he sentido teatralizado desde el principio. Pero, como siempre digo, cada libro es diferente en las manos de cada lector, así que me encantará que a vosotros os haya gustado y me lo digáis para poder ver otras caras de la misma historia.
Decidme una cosa, ¿disfrutáis más comentando un libro con opiniones similares a la vuestra o con quien piensa diferente de la lectura?
Gracias.