Ventana en la película "La maldición" |
"No encuentro el camino a casa."
Estamos a 31 de octubre. Ya, ya se que lo sabéis y que, poco a poco, la tradición de Halloween nos ha ido llegando a todos. Una tradición que cada cual adapta a su modo. Hay opciones para todos, cine de terror, fiestas de disfraces plagadas de zombies, libros que nos parecen espeluznantes... pero yo soy una clásica. No se si lo habíais notado ya... pero me gustan las cosas al modo antiguo, con la parafernalia que conllevan, el ambiente, los ruidos de puertas chirriantes y las bombillas que tililan en noches de tormenta. Por eso esta vez mi opción para Halloween es ofreceros unas vistas muy especiales, las que ofrece La ventana.
Hoy os propongo una colección de relatos al alcance de todos, online. Relatos de esos que se cuentan a media voz mientras aguzas el oído por si hay un ruido que nuestra imaginación transforme en susurro. De esos que no gastan tiempo buscando ambiente porque no lo necesitan. Os ofrezco el Halloween más clásico basado en historias a la luz de una linterna. Sentaos, hacedlo con cuidado mirando quien es vuestro compañero, porque ese cuya rodilla toca casi la vuestra, puede ser Raúl, el encargado de hacernos pasar miedo esta noche.
La ventana es una colección de relatos pasmosa, por su forma, su estructura y su concepción del terror. No son muchos, apenas una decena. Pero en ellos el autor nos lleva por los diferentes estados del terror. Hay hombres con cuchillas en las manos... sí, justo ese en quien piensas. Hay padres, madres, hadas y mónstruos bajo la cama. Hay teatro, porque parte de el encanto de un relato es la escenificación, la voz, el ambiente. Y en este teatro improvisado, el terror se oculta en cualquier parte, y nos lo muestran acoplando sonidos utilizando el medio digital para combinar la lectura con el ambiente adecuado. Porque no olvidemos que el ambiente siempre hizo mucho en las historias de terror, nadie ve una película de miedo con todas las luces encendidas, si acaso.. deja una encendida para dormir.
Me han recordado en cierta medida a esas historias que transcurrían pasada la media noche de la mano de King. Pero no por la temática, ni porque sus personajes se le parezcan, no. Lo hizo por lo certero a la hora de delimitar el espacio cotidiano en que irrumpe ese miedo. Esa cotideanidad que no necesita inventarse un mundo para hacernos sudar, simplemente tiene que mirar la sombra que hay bajo la cama. Y luego dar un paso más y no quedarse en asustar al niño. Justo eso es lo que harán los relatos de Raúl con su lenguaje directo, unas descripciones que bien pudieran clasificarse de realistas si estuviéramos hablando de otro tema. Una prosa que ha sido cuidadosamente despojada de cualquier elemento supérfluo, sin florituras. Los adornos no tienen cabida esta noche, no son necesarios. El autor parece decirnos a cada momento; "Aquí hemos venido a leer terror, así que si luego sudas cuando oigas un ruido a tus espaldas, no te quejes. Mis personajes también sudan, incluso se mean de miedo delante de tí sin pudor alguno". Todo eso y alguna vuelta de tuerca es lo que hoy os ofrezco, si os atrevéis claro. Porque, por si no ha quedado claro, esta noche es la noche del terror.
Y vosotros, ¿hay alguna historia que recordéis que os haya causado esa incómoda sensación de intranquilidad cuando todo se queda en silencio? Yo recuerdo una de una chica que aparecía siempre en una curva oscura en una carretera...
Gracias