De vez en cuando compro un libro sin leer la contra, simplemente por impulso. Eso me pasó con este. Hoy traigo a mi estantería virtual, Muro fantasma.
Cuando el libro comienza una niña es asesinada delante de vecinos y familiares en una aldea. El espectáculo es terrible. Estamos en la Edad de Hierro.
Y avanzamos hasta hace nada para conocer a Silvie, una joven de 17 años que se ha unido junto a sus padres al grupo del profesor Slade en una zona rural. Durante unos días van a emular el modo de vida de sus antepasados de la Edad de Hierro: ropas, costumbres... Bien. Aquí es donde entra Bill, el padre de Silvie, aficionado a la historia. Este hombre quiere recrear realmente la época; pero no como el profesor o los estudiantes. Él lo quiere hacer de verdad, con toda la brutalidad que eso significa. Y cada vez le cuesta más comprender a quienes se lo están tomando como un simple "campamento".
Un poco menos de 150 páginas es lo que ha necesitado Sarah Moss para ponerme los pelos de punta. Y lo ha hecho porque tras un comienzo brutal, en el más estricto sentido de la palabra, he pasado por una fase se paseos, naturaleza y agua viva. Una zona de relax en la que el lector no tarda en sentir que algo sucede. Y tras ella ha aparecido Bill. Bill que es Bill porque nos lo dice su hija, que es quien lo ve a su manera y no parece terminar de ponerlo en su lugar. Bill que es brutal y despiadado y tiene claro que someter a la mujer durante esta convivencia es algo primordial. Bill que sabemos que es violento. Y Silvie que no termina de condenarlo y nos pone los pelos de punta mientras asistimos a un espectáculo cuyo final intuimos. El final se nos acerca, se precipita mientras pensamos que si tuviera más páginas tal vez nos resultaría más fácil la lectura, sería más suave, menos dura. Pero son 140 y es Silvie quien nos lo cuenta. ¿Y qué pasa con el resto del grupo? El resto del grupo irrita a Bill, lo mismo da si hablamos del profesor o de cualquiera de los tres estudiantes. Bueno, no da del todo igual, uno de ellos es una chica. Pero no os voy a contar más, claro, no sería justo en una novela tan corta.
Suelo decir que me gustan los libros largos que se llevan mi tiempo y convierten a sus personajes en amigos improvisados de los que me despido en las últimas páginas. En este caso ha sucedido justo lo contrario. Leí Muro Fantasma con esa fascinación lectora que te lleva hasta el final sin haberte movido del asiento. Lo leí a ratos sin querer mirar pero también sin ser capaz de no hacerlo. Y lo terminé con la sensación de que iba a seguir dándome vueltas unos cuantos días. Esos días fueron normales, claro, pero mantuve la sensación de la lectura e investigué un poco sobre la autora, a la que no conocía y que pensé, quizás por la extensión, que debutaba con esta novela. Bien, no es así. Apunté su nombre. Quiero más.
Muro fantasma es una novela fantástica con una narradora capaz de meterse bajo la piel del lector. Con todo lo que eso implica.
Y vosotros, ¿preferís libros largos o novelas cortas?
Gracias.
7 comentarios:
Siendo buenos, que más da la extensión. Éste me lo apunto, que no me sonaba de nada. Una pinta tremenda!
Besotes!!!
Pues la verdad suelo tirar por los libros largos, por eso mismo que dices tú. Pero un libro así, que se clava directo en el alma llama mucho, pero que mucho mi atención...
En estos momentos no podría leer un libro cómo lo describes, prefiero las novelas cortas.Besicos
Ya sabes eso de lo bueno, si breve...pues a mí me has convencido. Me la llevo anotada a ver si me espabilo porque tengo una crisis lectora que para qué te voy a contar.
Besos
No conocía este libro pero has conseguido tentarme, me lo llevo anotadísimo. Gracias por la reseña.
Un beso!
No es del estilo que suelo leer , pero lo leeré . Gracias a ti por tu blog .
Pues me ha entrado la curiosidad, me encanta lo que cuentas. ¡Apuntado queda!
Besos.
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