"Brandywine, Virginia
La patrulla guardacostas de Virginia busca a un pescador local
en la bahía de Chesapeake tras descubrirse su barca abandonada
en la orilla sur de la isla de Gwynn.
Henry McCabe, de 35 años, es el dueño de la cangrejera matrícula 1974 Chesapeake. Un transeúnte encontró la barca varada y
con indicios de haber estado ocupada, entre ellos comida y ropa
infantil. Por el momento no se ha localizado a McCabe.
Sally Campbell, portavoz de la patrulla guardacostas, informó
que: «No se recibieron peticiones de ayuda, y la situación meteorológica no era adversa. No se aprecian indicios de violencia».
La maternidad es un tema que ha dado mucho juego al terror desde siempre y, un poco por eso, me gusta acercarme cuando veo que publican algo así. Hoy traigo a mi estantería virtual, Qué clase de madre.
Conocemos a Madi, una mujer que, como tantas, no lo ha tenido fácil. Hace tiempo se tuvo que marchar de su ciudad natal y comenzar una vida nueva junto a su hija, aunque ahora ha tenido que regresar. Qué no hace una madre por su hija. Allí Madi sobrevive como puede en un mal motel y leyendo la mano a la gente y al lector, obviamente, le cae bien. Se reencuentra entonces con Henry McCabe, viejo amor y sospechoso de la desaparición de su hijo Skyler hace años. Niño que, por cierto, había tenido con la chica por la que abandonó a Madi y que se suicidó tras perder a su bebé.
Bien, así a grandes rasgos ya sabéis lo suficiente de una novela que puede parecer negra en sus primeras páginas, ya que debuta con la historia de la desaparición del bebé que poco a poco gira al terror de tal forma que el lector presiente el cambio pero no se inmuniza frente a él. Para cuando el cambio sucede, estamos entregados a esta novela a doble voz que no ha convertido a Madi en heroína, pero ha hecho que nos gane el corazón. De todos modos, estamos ante un libro que va a dividir a los lectores entre los que disfruten con la primera parte y los que lo hagan con la segunda. Personalmente disfruté mucho con el giro que el autor decide dar a la historia sacando al lector de una zona de confort que fácilmente podía haber derivado a una trama convencional y dejarlo adentrarse en monstruos internos y no tan internos vestidos de dolor y culpa. Una parte de la novela que me ha parecido un delirio como pocos, que se disfruta con la mente abierta y dejándose engullir hasta perderse. Porque así uno descubre que, las sensaciones, sirven mucho más que buscar el significado exacto a las palabras.
No voy a decir mucho más, porque creo que llegar en blanco es la mejor forma y, los que lo hayan leído, posiblemente piensen que he dejado demasiadas pistas.
Qué clase de madre ha sido una lectura que he disfrutado mucho y, de verdad, no voy a comer nécoras en una temporada.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
3 comentarios:
PUes no me sonaba de nada. Tomo muy buena nota, que me dejas con ganas de saber más.
Besotes!!!
Me lo apunto, claro que sí :-D
Acabo de empezar "Mi esposa y yo compramos un rancho".
Un beso y feliz semana.
Pues últimamente me interesan las novelas que tratan la maternidad desde distintos puntos de vista. Lo investigaré y ya veremos^^
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