"Paladeaba el ocultarse como si de néctar refrescante se tratase. Se fue hacia un rincón oscuro y estiró en los bolsillos los dedos de la mano. Al mismo tiempo fue inclinando el cuerpo hacia delante. Sin advertirlo estaba adoptando la posición de acecho de su araña".
Volver a Roth es como volver a casa de forma periódica, como ir a un balneario de letras en el que las aguas tranquilas sanan heridas de otras prosas. Por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, La tela de araña.
Conocemos a Theodor Lohse, un oficial alemán afectado por la desmilitarización impuesta a Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Ahora vive con su madre y sus hermanas y siente que lo rechazan por no haber tenido el decoro de morir como un héroe en la guerra, y desubicado tampoco parece tener mucho más que hacer que tutelar a un hijo de judíos. Sintiéndose menospreciado y desubicado no tarda en caer en el nacionalsocialismo alemán.
Esta primera novela fue publicada por entregas en el diario Arbeiter-Zeitung entre los meses de octubre y noviembre de 1923, siendo publicada su última entrega (que no el final de la novela) apenas un par de días antes del putsch de Múnich. De este modo se gana la fama de profética una novelita en la que la inestabilidad de la República de Weimar queda reflejada en una sencilla prosa y con un poderoso protagonista.
Theodor es un personaje llave, un ser complejo que se gana la simpatía del lector para después granjearse su desprecio. Un hombre nacido para el ejército que se ve relegado y se siente despreciado se convierte en el gran embustero. Roth construye una fachada que nos engaña para ocultar a un ser vil y aprovechado que carece de muchas de las cualidades inherentes al ser humano dificultando la lectura de su maravillosa prosa al obligarnos a seguir los pasos de Lohse. Dicen que Roth no estaba contento con esta novela, que él cuando era preguntado citaba Hotel Savoy como la primera dejando en el olvido a La tela de araña y creo que puedo entender por qué. Yo señalaría su parte final en la que el giro, por supuesto esperado, se precipita dejando al lector con ganas de más sin que ello desluzca en absoluto la trama, más bien al contrario, tuve la sensación que querer venganza tanto como la quisieron otros durante este período y tuvieron en cambio que conformarse con lo que se les ofrecía. De este modo, más que algo profético yo veo en esta novela una lección de vida, un aviso sobre lo difícil que puede ser detectar a determinadas personas viles y mezquinas que se ocultan bajo una fachada incluso amable y conformista. Esas personas, parece mostrarnos Roth, para cuando se quitan la careta, nos muestran un lado terrible que el autor recrea en fantásticas descripciones.
He visto citar esta novela muchas veces como ejemplo de que había quien estaba viendo lo que se venía encima a Europa. También he visto como la citan para hablar de una generación que ante el desencanto se deja tentar por una posición extremista. Y luego he leído la novela. Y me he encontrado a un personaje mucho más cercano a Eichmann que a un desencantado embaucado, he visto caer una máscara y aprovechar una situación para dejar salir la verdadera naturaleza amparándose en cualquier excusa posible. Y de todas las excusas posibles, las extremas son las que proporcionan el paraguas más grandes. Cada libro pertenece al lector se sumerge en sus páginas y yo aquí dejo la muestra de mi lectura. Una lectura grata que recomiendo sin dudarlo. Roth es una apuesta segura.
La tela de araña es un librito magnífico con una historia ambientada en un momento convulso de la historia más reciente de nuestro continente. Pero más allá de eso, es un personaje difícil de olvidar y una buena opción para acercarse al autor de La leyenda del Santo Bebedor. Aunque en este caso no sea una novela tan amable.
Y vosotros, ¿a qué escritor consideráis un puerto seguro?
Gracias.
7 comentarios:
Pues no he leído nada del autor aún así que ya estoy tardando. Me tientas con esta novela que nos traes hoy. ¿Puerto seguro? Zweig, siempre Zweig.
Besotes!!!
¡Hola! No conocía el libro y todavía no he leído nada del autor, aunque creo que esta primera novela puede ser un gran lugar por donde empezar. Creo que es curioso como muchos intelectuales de la época tuvieron, de alguna forma, esa visión profética de lo que se venía, aunque una vez la realidad probablemente superase a la ficción.
¡Nos leemos!
Me gusta mucho Noah Gordon, Peérez- Reverte entre otros. Besos.
¡Hola!
No conocía esta novela, pero me has dejado con ganas de leerla. Además, el otro día acabé la de Búnker, de Toteking, y Roth sonaba mucho por sus páginas, tanto, que me lo apunté para leer algo suyo, así que ya me has dado por donde empezar.
En cuanto a tu pregunta, antes de leer La amante de Bolzano (hará dos semanas o así), pensaba que Márai era uno de mis puertos seguros. Ahora, creo que Amélie Nothomb se queda con el primer puesto. Es a quien recurro siempre que no sé qué leer o que estoy cansada y/o aburrida de mi actual lectura.
¡Un saludo!
No he leído todavía al autor. Tengo muchos puertos seguros a los que llegar cuando hay tormenta. Alejandro Palomas, Almudena Grandes, Anna Gavalda... Besos.
¡Hola! La verdad es que ni he leído al autor ni conocía la obra, pero me has convencido totalmente. Me parece muy interesante los temas que trata y me llama mucho la atención que digas que el personaje te recuerda a Eichmann. Me lo llevo. ¡Besos!
Pues no he leído nada suyo y este pinta muy muy bien. Anoto.
Puerto seguro, Pilar Pedraza y Terry Pratchett.
Besotes
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